En la banca
Una banquita, el sol de la tarde, no postearlo todo.
La brisita, el olor a todo lo que pasa.
La situación lejos de aquí y con una de mis chicas a punto de venir, con trabas pero con un ángel ella siempre. He descubierto que tengo más momentos de paz, de felicidad y que soy yo más aquí que allá. Sigo desatando nudos, eso sin duda, trato de no estresarme mucho por ello, porque entiendo que son míos para desanudar y los acepto así, no los dejaré atados y seguiré en ese proceso, aunque sea a paso lento...si me perjudican en algún momento pues será momento de encontrar el icebreaker en cuanto a lo que quiero para mi. Y qué quiero...no lo tengo bien definido aún, pero no me preocupa, sé que llegará. Me siento más presente y tengo las cosas un más claras, a veces...creo. Estoy dejando que las cosas pasen como tengan que, que fluya libre y sin presiones. Solo hay una presión, una de las pocas que aún aferro, me cuesta soltar, que aunque no sea mi responsabilidad tal vez, me pone a borde y pienso que lo vale, por eso lidio antes que dejarlo pasar.
Tiempo para mi y para mi.
Me encuentro hablando con una mezcla de acentos y entonaciones que no se dan a propósito, sino por el simple hecho de frecuentar nuevas amistades. En algún momento leí que es parte del ser humano el querer, buscar pertenecer y por eso adapta, se adapta para.
Falta mucho, muchísimo...pero creo que voy bien, al menos así se siente.
Estoy contenta, así quiero seguir, mi mejor esfuerzo tiene sus motivos.
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