Asunto: Olvídate

La tilde también pudo ir en la a. 

Papelón interior el de uno, se nota a puerta cerrada. 

La espalda la tiene como la del armario de Narnia, que si lo abres seguro que encuentras un mundo mágico dentro lleno de cosas indescriptibles, repleto de esencia y niñez. 

Lo hombros los tiene entumecidos, de llevarlo todo en la derecha ahora trata de equilibrar el izquierdo pero la costumbre tú, que el bolso por la derecha. Los trapecios sí que están fuertes pero piden a gritos poder levantar un cuerpo, que aunque con la ayuda de los omoplatos...no logra pegar ese salto, llevan mucha carga.

El pecho que hermosamente recubre el músculo vital ejercitado él, con y  por él, por el mismo. Con voz y vida propia. ¡Vaya pecho, que esconderse es su pasión! Sus motivos y razones tendrá, lo cierto es también que anda ocupado, o al menos eso cree, no cabe un alfiler más, puede desinflarse fácilmente, porque  si de reponerse a cualquier quiebre se trata, ya conoce el camino, o al menos eso cree. Eso, cree que cree saber, sabe que no todo lo cree, cree que no todo lo sabe. 

Así caminan los tres, juntitos, mano a mano, desahogando a golpes, fortaleciendo a fuerzas, relajando a respiros. 

¿Será esa la fórmula para abrir las puertas de Narnia?



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