Edad.
Esa puerta que creía que estaba abierta, se adelantó a mí, se aseguró de que no pudiera huir; ella se esfumó antes de que yo pudiera siquiera detenerla.El alcohol se escondió en las botellas, la hierba ni se supo asomar. Ambas cosas supieron repelerme como lo hacen los imanes: lados opuestos por supuesto. Las cenizas se difumaban y esparcían con la brisa que rozaba mi piel, que me hacía lagrimear los ojos. No, no era el humo.
Otro vaso más se ofrecía ante mi mirada. El rechazo fue siempre oportuno. Ni sabría decir cuantos fueron. No tome en cuenta saber la cantidad; uno por uno, van dos, tres... Varios los botaba, se desperdiciaban por el suelo, el agua, el polvo. Algunos se consumían en mi delante. Otros se gastaban con su acompañante fiel, cuyo nombre recibió gracias a el derivado del que hablo. ¿Me preguntas por la sensación? ¡Tendrías que probarlo! ¡Qué más puedo decir! Te sientas, lo enciendes, el calor no molesta sino otorga, aspiras...calma. Sin concentración, pierdes el pensamiento y repentinamente todo se va en el aspirar y botar todo el estrés, todos los problemas y parte de tu vida a causa de ese soplido plomizo humeante. ¡Qué diferencia! Cualquier ocasión, no interesa cuando ni con quien, sé que te provoca un basural en el cuerpo, pero eso para aquellos como yo, sin llegar al extremo como varios otros, quienes saben disfrutarlo de verdad...no importa. Olvídalo.
Otro vaso más se ofrecía ante mi mirada. El rechazo fue siempre oportuno. Ni sabría decir cuantos fueron. No tome en cuenta saber la cantidad; uno por uno, van dos, tres... Varios los botaba, se desperdiciaban por el suelo, el agua, el polvo. Algunos se consumían en mi delante. Otros se gastaban con su acompañante fiel, cuyo nombre recibió gracias a el derivado del que hablo. ¿Me preguntas por la sensación? ¡Tendrías que probarlo! ¡Qué más puedo decir! Te sientas, lo enciendes, el calor no molesta sino otorga, aspiras...calma. Sin concentración, pierdes el pensamiento y repentinamente todo se va en el aspirar y botar todo el estrés, todos los problemas y parte de tu vida a causa de ese soplido plomizo humeante. ¡Qué diferencia! Cualquier ocasión, no interesa cuando ni con quien, sé que te provoca un basural en el cuerpo, pero eso para aquellos como yo, sin llegar al extremo como varios otros, quienes saben disfrutarlo de verdad...no importa. Olvídalo.
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